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Un traste más para mi colección de adaptadores de enchufe, esta vez, en el aeropuerto de Zurich tuve que comprar uno con las patas más flacas... y yo que creí que toda Europa estaba estandarizada.
Creo que cuando vuelva a Chile me van a cobrar impuestos por el mentado adaptador, sale tan caro que estoy seguro se considera elemento suntuoso y genera impuesto al lujo... me salió más de 5 lucas (el valor real no lo se, no quiero hacer el cálculo mental de la conversión... ignorance is bliss).

Finalmente decidí por hacinarme en una esquina del aeropuerto a escribir porque todo es demasiado grande e intimidante por la poca gente y porque la tienda más rasca es una de Dior.
Etiquetas: viaje
2 Comentarios:
Si yo viajara tano como tú, demás que dejo botado el blog, al menos un rato.
Pero es terrible para tus lectores que no escribas acerca de los viajes que te estás mandando.
Tu blog podria llamarse los viajes de daydalus.
Citando a otro gran clasico.
jajajajaja
Abrazos.
:p
los aeropuestos de alemania son bien amables
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