May i have your attention please

Llegando recién de viaje. Debería estar trabajando en este momento, pero me doy esa pausa refrescante que el PC y la televisión Chilena (que aprendí a apreciar) son capaces de brindarme.

Hay una pequeña flor en frente mío, de plástico al igual que su base provista de una celda solar, la flor con una pintada cara sonriente saluda cada vez que recibe luz. Tiene un ritmo gracioso parecido a las antiguas latas de Coca Cola que bailaban con la música así que nos hice a los dos un favor y abrí las ventanas. Puedo ver desde acá TVN (y escuchar los gritos fervorosos en las tardes de Rojo), la torre Santa María (A.K.A. Torre 10 para mí) la costanera, el borde del Mapocho (refaccionado por la concesionaria) y un perro jugando en él (al menos parece perro, de lo contrario esa señora nunca aprendió que las palomas traen enfermedades)

Debe ser por mi facilidad para distraerme del entorno (aunque yo creo que algo de autismo debe haber por ahí) o porque simplemente las seis horas de diferencia entre Hungría y Chile me tienen cagado, pero ahora como en otras muchas ocasiones veo por mi ventana y encuentro ésta una ciudad agradable, si me salgo del perfil de habitante veo que no es muy diferente a cualquier otra que haya visitado (no muchas como para argumentar esto, pero…), plazas cuidadas, árboles, edificios, cerros… el Rojo y el Passapoga debajo de las torres. A qué viene esto? porque en el avión me puse a conversar con una mujer (una Alemana bien agradable) quien me cuenta que ella y su pareja (asumo) vienen de vacaciones a Chile por 4 semanas, inmediatamente me alarmo cuando sabiendo que no habla mucho de español pretende llegar a la Patagonia y a Atacama (!). Claramente Chile no está preparado para recibir visitantes, me refiero a algo tan simple como carencia total de señalizaciones en Inglés y a la carencia total de gente que hable inglés que los ayude, espero fervientemente que en el sur alguien se acuerde de su pasado colono y les hablen en Alemán.

De partida la llegada al país es deprimente y en realidad la llegada a cualquiera de seguro lo es. Puede que a mi me hayan tocado aeropuertos pencas, pero existe un punto en el que hay que salir de él y llegar de alguna forma a un hotel (o lo que sea) en el cual me estreso; en general los lugares en los que se sale son lúgubres, faltos de color y castrantes de cualquier impresión positiva preconcebida. Esto ocurre porque los aeropuertos poseen generalmente dos niveles, las salidas arriba y las llegadas abajo, en consecuencia el nivel de las llegadas está cubierto por una autopista, está hecho de sólo cemento y de un oscuro que trae escenas de las películas de Charles Bronson a la mente (y no las más alegres… si es que existen escenas alegres en alguna de sus películas).

En fin, el cansancio me agobia, debo agradecer que en mi caso todos hablaran inglés (y alegremente entendieron el mío) y que la conferencia, la razón del viaje, fuera agradable… ya la flor me dejó de saludar, mejor me pongo a trabajar aprovechando mi insomnio.

Dejo más fotos (las mejorcitas)… mi habilidad como fotógrafo no ha mejorado y la de escribir tampoco, mejor me especializo en post cortos como los iniciales… lo cual fue siempre la idea de esto.