Day qué?

La última vez que colapsó mi cuenta de messenger y no la pude usar por el día completo me cayó como teja lo importante que resulta mi pequeña y ridícula identidad. Daydalaus, me acompaña desde octavo básico (creo) en los tiempos en que messenger no existía para nadie y Hotmail no era de Microsoft. Desde ese entonces que cargo con ese nombre para todos lados, partió como un personaje de Dragonlance (me tenté a poner el puro nombre del juego y no explicar más, así los que lo conocen sabrán que jugaba rol y juego aun... y como cachan entonces son iguales de nerd que yo y por lo tanto no debería existir prejuicios, pero qué diablos no hay nada que diga o haga que pueda empeorar la apreciación de la gente sobre mi).

Daydalaus partió tratando de encontrar un nombre épico, algo digno de los anales de la historia rolera (era cabro chico, se perdona el engrupimiento) pero algo salió mal entre medio, la única otra cosa que me rondaba en la cabeza en ese entonces de seguro era Robotech... la doceava repetición por parte de Canal trece. Mi memoria al ser muy visual se acordó de algo, cuando el SDF1 hacía parir a las naves Zentraedi (esas que parecen mojones) partiéndolas en dos, según yo esa maniobra se llamaba Daydalaus... bullshit, la cosa era Daedalus y ni siquiera se si se llamaba así la maniobra sino que al parecer era una cubierta de la nave o algo por el estilo (resulta que en verdad Daedalus es el habilidoso inventor padre de Icaro).

Luego de tan poco memorable acontecimiento (y personaje, ya no me acuerdo que era) seguí usando el alias para las cosas que vinieron en un futuro. Creo que primero partí en IRC aaaaaaños atrás (será ’93-‘94?), ni siquiera me acuerdo si estaba en la media o no (ese es el problema de tener pc desde chico... la estática borra la memoria), encontré mejor poner eso de nick que Pedro1657, Robot33, Luke3222 o mi nombre (el cual por ser largo no me cabía), así luego de botar IRC por desordenado seguí en foros, Hotmail, juegos, correos y messenger entre otros. ¿Y porqué es tan importante para mi?, si con lo anterior no basta como razón éste me identifica en las muchas redes que existen y gracias a lo ridículo que es se ha mantenido único y puedo suscribirme rápidamente a lo que sea sin tener que sufrir porque mi nombre ya está ocupado (y tener que agregarle x’s o números).

Mi apego fue entonces evidente al descubrir la necesidad de hacer otra cuenta en messenger, para lo cual tendría que cambiar de nombre y reagregar a toda la gente que tengo y que por lo general no me conversa (bueno el que yo sea medio monosilábico para conversar de seguro ayuda a eso... aunque por fono la alegría y espontaneidad brota cual manantial... en realidad no, no puedo mentir así). Afortunadamente al final del día mi cuenta se despegó del servidor y la pude volver a utilizar.

La consistencia a través de los años ha hecho de que sea posible trasladar mi persona a través de múltiples ambientes en Internet y que algún día alguien me reconozca por solo el nombre y pueda saber que tienen a un sujeto de confianza al frente. Lo bueno es que nunca llegaré a ser tan famoso como para que lo plagien.